jueves, 29 de diciembre de 2011

"AMOR DE MARIPOSAS"

Ya conocíamos el destino desafortunado apenas salimos de nuestros capullos, y se encendió el fuego que nos proveyeron los dioses…
Conocíamos el placer de la percepción futurística…
El equilibrio entre los aires y los metales, los símbolos y los signos...
Todo, apenas establecido por lo descubierto y lo compartido,  entregado con el tacto sudoroso y los ojos encendidos... Mi reloj marca un espacio que se desliza por el deseo del tiempo con el transcurrir de los días...
Las hojas flotan en el abismo de la incertidumbre, como la noche de verano en que tropecé contigo, siguiendo una luz misteriosa que me guiaba el camino... 
Las sonrisas nacían y se desvanecían con los caprichos del tiempo y del destino. Todo era un sueño... Las miradas reconfortantes que encontré en tus ojos color miel, como hacía tiempo ya no encontraba ni en mis sueños más profundos. Miradas de colores mágicos que emanaban el cántaro de tus ojos, como una serpiente avezada que hipnotiza a su presa. Y me las bebí de un sorbo, sin pensarlo... Y me envenené...
De tus pestañas de pincel, de tu cara dibujada en todas las esquinas de mi vida, de tu ruborizante sentido del humor, de lo vagabundo que fue el destino, de nosotros... Tontos camicaces del amor...
Cómo hacer para vivir el presente, resistiendo la cruel verdad del sin futuro conjunto...?
Y así volamos entre estrellas pluralizadas, entre lunas llenas de azúcar tostada, en cielos ocasionales, en cielos cambiantes y firmamentos eternizados en la memoria sentimentalista; crepúsculos aletargados, acunados por un horizonte que nos despide nostálgico, tras viajeras nubes de acuarela. Somos dos mariposas disecadas en la ventana de un  silente que espera sin ansias su destino.
Sueños continuos, sueños contigo, trágico destino, venenoso amigo... Futuro asesino... Soledad esclavizante y torturadora. Me diste el silencio de tu voz y yo exploté por dentro, me diste el caos interno de tu ser y me invadió una paz aterradora.
La victoria de la catarsis y su poderosa libido, la  frustrante bienvenida a mi causalidad asesina, perpetua y errante...
Con recelo observé al porvenir.  Mariposas disecadas en la ventana de un silente, que esperan sin ansias su destino; mariposas llenas de vacío que son arrastradas por el viento del sur, al borde del destino...
Un destino cualquiera, sin nombre ni rumbo, ni magia, ni esperanzas...
Y el ahora ya llegó...
El ahora me ganó...
Y de fondo, una triste canción que voló junto a vos… Adiós amor...
 Yo seguiré esperando, como cada noche, en la ventana, a que aparezca esa mariposa de luz que me llenó de tí... 
Seguiré buscando el rastro de tus alas mágicas,  hasta que un viento nos arrastre, como efímeros juguetes del destino, cálidamente, hacia un secreto camino, en que nos volvamos a cruzar en alguna flor en otra primavera... 
Y en el que te hagas realidad, entre el hueco de mis alas, junto a mi pecho, una vez más...

“Fuegos de guerrilla”

 ...El disparo y su estampida...

y los fieros enemigos se enfrentan con valentía
se rodean, se intuyen, se lastiman...

Los cuerpos subversivos, desafiantes, insurrectos,
Se soportan tenazmente en las horas decisivas,
Como evadiendo a la muerte
que, aunque a cara o cruz te juegues,
ella siempre te adivina…

Los rivales presienten el escozor
los cuerpos se apuñalan, se rehuyen, se acribillan,
y registran en la carne el ardor de las heridas.

Los soldados serenos, inalterables, estoicos,
resueltos van al desenlace,       
-como lenguas de fuego, bajo una orden divina-
arrastrando los terrores encontrados en las sombras,
y hundiéndose en la gloria de un abismo perpetuo
que al rayar el alba, lento desaparece,
y a la luz del febo; claudica...

Se enarbola el final de la contienda 
en un pedazo de trapo que hace bandera
Extinguidas las cruzadas, sofocadas las furias,
conjurados los temores al territorio del sueño,
en las arenas se tiende un silencio inevitable,
cansado gigante cual muralla de acero.

Ya no existen tempestades,
ni torbellinos internos,
los latidos ya no laten.
el sudor ya no es violento...

Concluye la batalla en remota geografía...
Se atraviesan las miradas,
como fuegos de guerrilla
y se adivina en sus rostros
una tregua de sonrisas...

Una mujer, un hombre,
encendida está la pasión,            
la conquista del amor...            
La misión esta cumplida.

         * SdT *


         

“A mi lado”


Para Julieta…
Que una tarde me inspiró,
como siempre, sin quererlo...



Estás aquí a mi lado...
La mano en el mentón.

Abstraída en la lectura de tu libro,
que si no fuera porque sé,
que es un libro,
ya estaría celoso...

Y aun así, debo vivir sabiendo:

Que el sol te hace suya
sobre la hierba, cuando quiere...

Que el río te susurra de a torrentes
sus secretos más guardados...

Y que un libro puede mantenerte 
atrapada por mil años...

Y yo, apenas...
Puedo saborearte  mejor
en la distancia...


                  *SdT*

"Escribo por vos"


Escribo por vos!
Aunque no me conozcas; ni me veas…

Aunque tus ojos hoy, estén vendados,
y no puedas tocarme, y prefieras el silencio,
y aunque quieras correr hacia otro lado…

Y escribo porque la mano latente me pulsa y dictamina 
ante cada trozo de papel que contempla involucrado.

Y escribo entonces, en la plaza,
con la música del sol que me entibia los sentidos.

No me permito ser el muñeco que se arrodilla
ante seres injustos, traidores, inanimados, robóticos,
que esperan inmóviles, tal es su gracia, sin vida,
a que uno le ofrezca un sorbo fresco de poesía
para enterrarla en ese cementerio de archivos del olvido
de grises números insensibles y binarios…

Yo escribo para el árbol y la gente,
los recuerdos, el amor, los desengaños…
Aunque la mayoría de mis líneas se desgranen como arena
porque de éstos últimos jamás aprendo nada…

Escribo para el sol y la mañana; y la noche también;
y las estrellas, y el desvelo de la madrugada
cuando la sombra de la noche me apuñala
y me quedo a la espera del guerrero,
y su espada de luz que desenfunda el alba…

Escribo tanto que me pierdo...

Y ya no sé si escribo o soy un instrumento,
un sendero transitado por todas esas cosas que yo quiero;
el vino generoso, el atardecer hiriente, el cigarro compañero…

Y escribo por tu amistad que me lava las heridas
y también por el pan y la memoria…

Por los que están aquí; los que se fueron,
por el esclavo servil de los tiranos,
por la batalla interminable de los nuestros...

Escribo por que a la patria chica de mis manos,
no le falte nunca un cielo de palabras.

Escribo; como también lloro y sufro y canto…
Para dejar un calorcito de prosa a los que vienen,
y prestarle mi voz a los callados…


                      * SdT *