...El disparo y su estampida...
y los fieros enemigos se enfrentan con valentía
se rodean, se intuyen, se lastiman...
Los cuerpos subversivos, desafiantes, insurrectos,
Se soportan tenazmente en las horas decisivas,
Como evadiendo a la muerte
que, aunque a cara o cruz te juegues,
ella siempre te adivina…
Los rivales presienten el escozor
los cuerpos se apuñalan, se rehuyen, se acribillan,
y registran en la carne el ardor de las heridas.
Los soldados serenos, inalterables, estoicos,
resueltos van al desenlace,
-como lenguas de fuego, bajo una orden divina-
arrastrando los terrores encontrados en las sombras,
y hundiéndose en la gloria de un abismo perpetuo
que al rayar el alba, lento desaparece,
y a la luz del febo; claudica...
Se enarbola el final de la contienda
en un pedazo de trapo que hace bandera
Extinguidas las cruzadas, sofocadas las furias,
conjurados los temores al territorio del sueño,
en las arenas se tiende un silencio inevitable,
cansado gigante cual muralla de acero.
Ya no existen tempestades,
ni torbellinos internos,
los latidos ya no laten.
el sudor ya no es violento...
Concluye la batalla en remota geografía...
Se atraviesan las miradas,
como fuegos de guerrilla
y se adivina en sus rostros
una tregua de sonrisas...
Una mujer, un hombre,
encendida está la pasión,
la conquista del amor...
La misión esta cumplida.
* SdT *
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